Jane O'Brien, corresponsal de UNICEF, informa en este video sobre los esfuerzos de ayuda y recuperación y los retos a los que se enfrentaron los niños y las familias de Haití a partir del terremoto del 12 de enero de 2010.
El informe señala que más de un millón de personas, entre las que se incluyen 380.000 niñas y niños aproximadamente, viven todavía en campamentos superpoblados en la zona del terremoto. A pesar de los esfuerzos de las autoridades haitianas y de la comunidad internacional, el proceso de recuperación está sólo en sus inicios.
La infancia, sigue privada de sus derechos
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Casi un año después del terremoto, muchos edificios todavía permanecen en ruinas.
La población se ha visto afectada durante los últimos 12 meses por repetidas crisis, como el reciente brote de cólera que se cobró miles de vidas y ralentizó el ritmo de la recuperación.
"Los niños en particular sufrieron enormemente en el transcurso del año y continúan sufriendo", expresó Françoise Gruloos-Ackermans, Representante de UNICEF en Haití. "Aún no han disfrutado plenamente de su derecho a la supervivencia, la salud, la educación y la protección".
© UNICEF/NYHQ2010-2659/LeMoyne
Unos niños llevan agua en un campamento para las víctimas del terremoto en el distrito Delmas de Puerto Príncipe, Haití. Al lado, varias personas recogen agua del grifo de un depósito.
Sin embargo, el informe de UNICEF destaca los logros que se han realizado.
Por ejemplo, nada más producirse el terremoto, UNICEF, la Organización Mundial de la Salud y otros aliados dirigieron campañas para inmunizar a dos millones de niñas y niños contra enfermedades que se pueden evitar, como el sarampión, la difteria y la poliomielitis. Además, se distribuyeron 360.000 mosquiteros en 163.000 hogares de las regiones costeras donde el paludismo tiene carácter endémico.
Soluciones sostenibles
Mientras, la creación de escuelas por UNICEF y sus aliados (tanto aulas temporales en tiendas de campaña como en estructuras semipermanentes) ha permitido que alrededor de 720.000 niñas y niños reanuden sus clases. Sin embargo, casi la mitad de las niñas y los niños de Haití todavía no asisten a la escuela, y las construcciones de escuelas se ven entorpecidas por problemas con los escombros y con el régimen de propiedad de las tierras.
A raíz del desastre, el Grupo de trabajo interinstitucional para la protección de la infancia registró a los niños que se habían quedado separados de sus familias tras el terremoto y los reunió con sus parientes. Hasta hoy, casi 100.000 niños de las zonas afectadas por el terremoto tienen acceso a espacios acogedores para la infancia que proporcionan una dosis de normalidad a sus vidas.
UNICEF y sus aliados también han suministrado más de 11.300 letrinas y desenlodan con regularidad 600 para mantener unos niveles sanitarios seguros, que ya estaban bastante degradados en Haití incluso antes de que el desastre golpease al país. Una inversión en soluciones sostenibles a largo plazo, tales como sistemas de agua y saneamiento administrados por la propia comunidad, es decisiva para superar décadas de una reducida inversión.
Un respaldo a largo plazo, necesario
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Noviembre de 2010. Unos hombres transportan suministros médicos de emergencia hasta un helicóptero de las Naciones Unidas en el aeropuerto de la ciudad portuaria de Gonaïves en la región de Artibonite (Haití), como parte de un cargamento para las zonas afectadas por los brotes de cólera.
Aunque se ha conseguido mucho en condiciones muy difíciles, el informe de UNICEF reconoce que queda mucho por realizar para hacer frente a las injusticias que han dejado a tantos niños y niñas haitianos en situación de pobreza y sin acceso a los servicios básicos.
"Queda muy claro que el año 2010 fue probablemente el peor que se recuerda para la mayoría de los adultos de Haití, si bien UNICEF está trabajando intensamente para asegurarse de que los niños y niñas haitianos nunca más habrán de soportar un año más difícil que ése", dice el informe.
"Dado que UNICEF seguirá siendo un aliado en Haití a largo plazo, será posible lograrlo y llevar a cabo la expansión del entorno de protección, así como el cumplimiento progresivo de los derechos de los niños y niñas. En alianza y con apoyo sostenido y una visión colectiva, podemos garantizar que los niños nacidos en la actualidad no sólo sobreviven, sino que prosperan en un Haití apropiado para la infancia".
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